Laberinto de Horta: un rincón escondido en Barcelona

Un poco alejado del centro, cerca de la parada de metro de Valdaura (L3), hay un insólito e hipnotizador parque del que no podrás salir se te adentras demasiado… Se trata del parque del laberinto de Horta, un histórico jardín en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, el más antiguo que se conserva en la ciudad. Está siutado en la antigua finca de la familia Desvalls (Joan Antoni Desvalls i d’Ardena -1740 – 1820-, fue sexto marqués de Llupià, cuarto marqués de Poal y marqués consorte de Alfarràs, además de un hacendado y científico español), cerca de la sierra de Collserola, e incluye un jardín neoclásico del siglo XVIII y un jardín romántico del siglo XIX.

 

El jardín neoclásico y el jardín romántico

Cerca de la entrada del parque podemos ver el antiguo palacio de la familia Desvalls, edificio con elementos de estilo neoárabe y neogótico. Dentro de este conjunto se conserva también la Torre Subirana, antigua torre medieval de defensa.

Si pasea por parque, que tiene una superficie de 9,1 hectáreas, a cada paso podrás encontrar esculturas, muchas con motivos mitológicos griegos. y una gran cantidad de fuentes y balsas de agua. Principalmente el parque se divide en dos parte. El jardín romántico, por una parte, se organiza en una serie de parterres a la sombra de grandes árboles y mientras paseas por él puedes escuchar el sonido del agua que cae de una cascada. Todo indica que fue construido haciendo referencia al tema de la muerte al tema de la muerte, hasta tal punto que llegó a haver la copia de un pequeño cementerio medievalque hoy ya ha desaparecido. A pesar de su belleza, sólo se conservan algunos vestigios del antiguo diseño,

Antitéticamente, el jardín neoclásico gira en torno al tema del amor. Esta parte del parque se extiende por tres terrazas escalonadas: en la terraza inferior se encuentra el laberinto vegetal que da nombre al parque, formado por 750 metros de cipreses recortados. En la entrada hay un relieve en mármol de Ariadna y Teseo y en el centro del laberinto una estatua de Eros. En la terraza intermedia, que se alza sobre el laberinto, destacan dos templetes de estilo italiano con estatuas de Danae y Artemis y columnas toscanas. *En la tercera terraza se levanta el pabellón dedicado a las nueve musas, coronado por una escultura que representa el arte y la naturaleza.

Un poco de historia

Los jardines emepzaron a construirse en 1791 con Joan Antoni Desvalls i d’Ardena, sexto marqués de Llupià, propietario del terreno, que creó el diseño de un jardín neoclásico con la colaboración del arquitecto italiano Domenico Bagutti. Jaume y Andreu Valls, junto con el jardinero francés Jospeh Delvalet, llevaron a cabo las obras. A mediados del siglo XIX, los descendientes del marqués ampliaron el parque, bajo la dirección del arquitecto Elies Rogent, por el lado del torrente d’en Pallós, con un jardín romántico con parterres, plazas, grandes árboles y una cascada. Además, se añadió al jardín neoclásico un canal de agua entre la terraza superior y la intermedia. Con fondos de la Unión Europea se sometió a una amplia restauración en 1994. El parque es un jardín-museo con un número de visitantes limitado (máximo 750 personas al mismo tiempo), para preservar el ámbito natural y las estructuras del área. El antiguo palacio acoge desde 1993 el Centro de Formación del Laberinto, instituto municipal para la formación en jardinería, así como una biblioteca especializada.

Sabías que…

Los templetes de la terraza intermedia fueron escogidos por Joan Maragall para realizar representaciones de teatro clásico y el 10 de octubre de 1898 se estrenó la tragedia Ifigenia en Tauris de Goethel. Además, los jardines fueron los escenarios de recepciones a los reyes Carlos IV, Fernando VII y Alfonso XIII (1929). Más recientemente, en el parque se rodó una escena de la película El perfume (2006) del director Tom Tykwer.


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