El restaurante Murmuri piensa en ti en Navidad

¿Buscas un restaurante para al cena de Nochebuena, Navidad, Sant Esteve o Fin de Año? Pues bien, puede que Murmuri sea tu restaurante ideal: un lugar de encuentro dentro de la sociedad barcelonesa que dispone de un restaurante perfecto para ir en grupo, con tu pareja, con la familia e incluso para las comidas de empresa. Tiene una terracita en Rambla Cataluña para disfrutar las noches barcelonesas.

Además, dispone de un bar, Marfil, donde preparan los cócteles, gintonics y los combinados más exquisitos de la ciudad donde cada miércoles se celebra el conocido “The Meeting Point”.

Murmuri significa murmullo en catalán, y el nombre escogido es tan evocador como la paz y tranquilidad que desprende su atmósfera una vez te adentras en el interior del hotel. Para los que buscan un verdadero oasis frente al murmullo constante que respira una ciudad tan vibrante, activa y cosmopolita como Barcelona, ha nacido Murmuri.

Murmuri Barcelona abre sus puertas en marzo de 2008 con una situación privilegiada en el emblemático centro de la burguesía de Barcelona, en Rambla de Catalunya. En un edificio original de 1892 del afamado arquitecto catalán Enrique Sagnier y tras una magnífica remodelación, Murmuri nace con la intención de ser el boutique hotel exclusivo, discreto y elegante de Majestic Hotel Group.

El Restaurante Murmuri ofrecerá una de las mejores ofertas gastronómicas de fusión asiática-mediterránea de la ciudad condal, con una selección de platos originales y deliciosos. Además, el bar Marfil by Murmuri, recupera el que fue un clásico de los años 20 y servirá durante todo el día y hasta las 02.00 a.m. opciones frescas y ligeras tanto en el interior como en su privilegiada terraza convirtiéndose en el nuevo “meeting point” de la gente más “cool” de Barcelona.

Echa un vistazo a su carta navideña:

¿Cómo es el interior de Murmuri?

El edificio que acoge el Hotel Murmuri fue construido por Enrique Sagnier en 1892 para ser su residencia familiar y estudio de arquitectura. Tiene elementos ornamentales del gótico que combina de forma original y esculturas entre las que cabe destacar los medallones del remate, obra de Francesc Pastor y la escultura de la Inmaculada Concepción, en la esquina con el pasaje, obra de Josep Llimona. En el 1906 se añadió la tribuna de la planta principal. Otras obras emblemáticas de Sagnier son la Aduana, el Palacio de Justicia y el templo del Tibidabo, todas ellas en Barcelona.

Nada más adentrarse en este elegante y señorial edificio, el cliente percibe que se encuentra en un edificio magistralmente restaurado. Tras cruzar la puerta original, encontramos otra de grandes dimensiones en roble negro con despiece, obra de Kelly Hoppen.

En el interiorismo del hotel se nota una intencionada diferencia entre la estética de las zonas comunes, mucho más dramática y extremada, y la de las plantas superiores, donde están las habitaciones con una decoración sobria y discreta enfocada al confort.


Posted

in