En el Tibidabo, en Barcelona, la Torre de Collserola es una imponente estructura construida que todavía se utiliza para las telecomunicaciones.
Con un perfil futurista y 288 metros de altura, está provista de numerosas plantas que permiten vistas espectaculares de la ciudad. La torre fue originalmente diseñada por el arquitecto británico Norman Foster y el proyecto se puso en construcción bajo el control de los ingenieros Julio Martínez Calzón y Manuel Julia Vilardell.
La obra tuvo lugar para los Juegos Olímpicos de 1992 comenzando en 1990 y llegando a buen término en 1992. Tanto es así que hasta ahora, la infraestructura ha conservado la majestuosidad y la especificidad del tiempo.
En la actualidad se utiliza para la transmisión audiovisual en el área metropolitana de Barcelona y en toda la provincia. Pero si bien es cierto que la Torre de Collserola aparece como una importante obra de infraestructura de referencia, también es cierto que la mayoría de los turistas que van a Barcelona han llegado a conocer cómo gran centro de atracción. No en vano, la torre ofrece un “plan de observación”, ubicado en el décimo nivel de 115 metros de altura, a través del cual se pueden admirar las hermosas tierras circundantes, disfrutar de la vista panorámica de la ciudad de Barcelona, y dejarse llevar por lo que en efecto es un rincón fascinante de España.
Si piensas en tener que subir a pie, no te desesperes: un cómodo ascensor te dará un servicio total, listo para subir hasta el décimo piso para que puedas sumergirte en la vista sin ningún especial esfuerzo en absoluto. La Torre de Collserola es fácilmente accesible en transporte público y se localiza en la siguiente dirección: Carretera de Vallvidrera al Tibidabo. Está abierta todos los fines de semana de 12:00 a 14:00 y 15:15-19:00. Para los adultos, la entrada tiene un coste de 5 €, mientras que para los niños la tasa está limitada a 3 €.